Por Yunuen Hernández y Luz Ma. Cipriano
La transformación
curricular en la Educación Superior a nivel mundial presenta una marcada
tendencia hacia la formación de profesionales capaces de responder a la
complejidad de las realidades que lo rodean en los ambientes sociales en los
que se desenvuelven.
En México, desde la década
de los noventa al momento actual, se ha logrado cierto consenso en cuanto a la
necesidad de una formación plural del psicólogo; lo que se refleja en la
integración de las teorías psicológicas como elementos rectores que contribuyen
a comprender un objeto de estudio complejo. Dicha integración demandó, la
incorporación de metodologías cuantitativas
(la cual permite examinar los datos de manera numérica, especialmente en el
campo de la Estadística) y cualitativas
(que se refiere a la descripción de las cualidades de un fenómeno).
Asimismo en esta época, diversas
instituciones de Educación Superior del interior del país que ya ofrecían la
licenciatura en Psicología fueron incorporando ciertas innovaciones en su
diseño curricular con el fin de flexibilizar el currículo a partir de tres
niveles de formación (conocimientos básicos, conocimientos profesionales y
formación profesional).
Igualmente, se llevó a
cabo un plan estructurado por ejes transversales, los cuales
manifiestan una nueva perspectiva en el currículo que se presenta como una
ventana al futuro profesional del psicólogo, debido a que se alimenta de una filosofía más relacionada
con las preocupaciones de la sociedad actual.
A todo ello se agrega a la
práctica educativa la preocupación humanista, el cuidado de la justicia y de la
ética.
También, se propusieron un
conjunto de créditos optativos que favorecieran la actualización constante de
los estudiantes y egresados; así como una formación interdisciplinaria y un
diseño centrado en el estudiante.
Por ello, se enfatizó la
necesidad de atender la formación integral del estudiante y se diseñó una estrategia
de formación de valores, de desarrollo personal que contribuyera a elevar la
imagen de la profesión, la calidad de vida del estudiante y de las personas a
quienes atiende en su entorno profesional.
Cada vez el número de
instituciones que ofrecían la carrera de Psicología iba en aumento, lo que
provocó un crecimiento desmedido de éstas. El Consejo Nacional para la
Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP) reportó a finales de la década
de los noventa la afiliación de 183 escuelas y facultades de Psicología, de
ellas 30% eran públicas y 70% privadas. Para el año de 2006, este mismo
organismo reportó 290 escuelas y facultades de Psicología y un total de 10,503 estudiantes.
A partir del año 2000, las
cifras muestran un aumento considerable del número de escuelas privadas en las
que se forman psicólogos; ello obedece a las políticas educativas que frenaron
el ingreso a las instituciones públicas y favorecieron la migración de
estudiantes a las instituciones privadas, como parte de las políticas neoliberales
de privatización de la Educación Superior.
El crecimiento explosivo
provocó un desequilibrio entre la oferta de profesionales y la demanda de
intervenciones específicas de la sociedad, lo que también repercutió en la
formación profesional. Los efectos de lo anterior han sido la saturación del
campo de trabajo en varios subcampos profesionales, la distribución desordenada
en los dominios de conocimientos, niveles requeridos por estructuras diversas
de los planes de estudio, que responden a demandas sociales contingentes y
formas de intervención muy variada.
En relación con este
último punto, el estado del conocimiento elaborado por el Consejo Mexicano de
Investigación Educativa (COMIE) reporta que en los últimos años del siglo
pasado y los primeros del presente, el debate se ha centrado en el nuevo tipo
de profesional que se demanda en el contexto internacional y las diferentes
respuestas que las instituciones de educación superior han planteado o deberían
formular en lo relativo a políticas, programas y acciones.
A pesar de estas acciones,
aún no resulta clara la ubicación de la psicología en un área específica
(salud, ciencias sociales o humanidades). Ya que hay quienes la ven como una
ciencia, otros como disciplina y otros como profesión, mientras que muchos
sostienen que abarca los tres aspectos y que estos deben orientar la formación
(Harrsch citado en Zanatta y Yurén, 2012).
Pareciera que en la
actualidad, un enfoque cada vez más aceptado es el que considera a la
psicología como una profesión científico-práctica, en parte por la creciente
demanda de los servicios profesionales de los psicólogos en diversos campos
ocupacionales ha generado que se logren consensos respecto a la necesidad de
hacer esfuerzos para lograr una formación pertinente que contribuya a optimizar
el desempeño profesional.
Por ello, diversas
universidades han asumido el enfoque
centrado en competencias (conjunto de conocimientos, habilidades y valores
que convergen buscando que el alumno logre objetivos de manera eficiente); sin
embargo, las concreciones al respecto revelan una variedad de resultados y
mecanismos que parece depender del énfasis que se pone en algunos aspectos.
Así, se encuentran diseños
que hacen hincapié en el análisis de problemas psicosociales que deberá atender
el egresado, en el análisis de tarea, en la disciplina o en el análisis
cognitivo de tareas.
El enfoque de competencias
ha logrado una aceptación mayor en carreras como medicina, biología, nutrición
y psicología, debido a que en éstas existe una preocupación por elevar la
calidad del desempeño de los egresados, no sólo por lo valioso que ello
resulta, sino también por las graves repercusiones que un mal desempeño tiene
en campos tan sensibles como la salud.
Por último, es importante
resaltar que dentro de la formación del psicólogo se observan grandes vacíos en
lo referente al seguimiento de las innovaciones curriculares, así como la
escasa investigación acerca de lo que sucede con éstas. Algo que queda claro es
que las innovaciones adquieren formas de acumulación distinta dependiendo del
contexto, de la disciplina y profesión de la que se trata y de la forma de
interpretar la innovación por parte de los actores.
Todo lo anterior nos
muestra que la constitución de la identidad profesional y disciplinar del
psicólogo es interdependiente de la forma en la que se entiende e implementan
las innovaciones curriculares que operan como condición de los procesos formativos,
asimismo, dependerá de los fenómenos sociales, políticos, culturales, avances
biotecnológicos originados por la globalización lo cuales le obligan a
incorporar cotidianamente avances tecnológicos en el desempeño de su tarea y
así contribuir como agente de cambio al crecimiento humano e ir a la atención
integral del individuo, los grupos, las instituciones y la sociedad.
Referencias
Bezanilla,
J.M. (2007). Caminos para la formación del psicólogo. Disponible en red: http://www.udlondres.com/revista_psicologia/articulos_docente/formacion.htm
Ferrini,
R. (1997). La transversalidad del curriculum. Disponible en red: http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores03/011/Ferrini%20Rita%2011.pdf
Zanatta, E. y Yurén, T. (2012). La formación
profesional del psicólogo en México: Trayecto de la construcción de su
identidad disciplinar. Enseñanza e Investigación en Psicología. 17(1), pág.
151-170.
Comienzo comentando que me fué muy interesante el artículo con las observaciones que hacen con respectos a las nuevas tendencias y énfasis que están haciendo las instuciones para que la formación de los aspirantes a psicología sea aún mejor, claro que puede tener algunas carencias; pero lo que nos debe de interesar es que el alumno también puede tener una mejor formación con iniciativa; realizando investigaciones, prácticas, etc.
ResponderEliminarPor otra parte me gustaría compartir el siguiente tema y me gustaría me dieran su opiniones...Deseo estudiar la licenciatura en psicología, he indagado y por lo que me han dicho la uic es buena y esto es lo que pude leer acerca de ellos www.uic.edu.mx/psicologia.htm Ahora bien si alguien sabe o tiene referencias esta institución se los agradecería mucho.
Con una buena administración de mis actividades pienso en una proyección amplia, después de mi licenciatura mi doctorado y maestría, pero bueno son planes a futuro.
Espero su amable respuesta, saludos