Con el aporte de
la tecnología a la educación en general, se abrieron opciones que la educación superior no tardó en aprovechar,
entre los que se encuentran la posibilidad de llegar a más estudiantes con los
nuevos recursos disponibles. Es por ello que para algunos países, como la India
la educación se volvió para algunos
países una meta viable, mientras que otros, han sumado esta propuesta a sus ya
competitivas opciones académicas, como en el caso de los Estados Unidos.
Sin embargo, el
cambio de escenario trajo consigo preguntas y cambios que no todos han sido
capaces de comprender. Uno de los más obvios se refiere al papel del profesor
en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que la educación en línea requiere
de un profesorado tecnológicamente preparado para el diseño y conducción de
cursos.
Actualmente la
propuesta es que un mismo profesor grabe conferencias o cursos y a través iTunes llegue a más estudiantes a nivel mundial, lo
cual implica una visión multicultural, globalizada del diseño de un tema o
clase. A diferencia de un profesor que solo puede tener contacto directo con un
número limitado de alumnos por clase en un aula regular.
En este sentido
el papel del alumno también se ve modificado, pues la educación en línea, si
bien permite el contacto con profesor y compañeros alrededor del mundo, la
comunicación es asincrónica, y para el profesor implica manejo de medios, que
si bien buscan crear un contacto
eficiente, a veces las opciones son limitadas. Actualmente el uso de video
conferencias se ha multiplicado, pero implica que todos los usuarios coincidan
en el tiempo.
Independientemente
de la opción que se elija, no hay duda de que el papel central de la educación lo
seguirá teniendo el profesor, con su experiencia docente, carisma y capacidad
de motivar al alumno para la ejecución de tareas que le permita adquirir el
conocimiento. Es por ello que los profesores, en cualquier modalidad, deben
procurar el desarrollo de habilidades que les permitan estar en uno u otro
escenario educativo.
En el caso de
los alumnos, usualmente se tiene la idea errónea de que la educación en línea
es más sencilla, pues pueden controlar el tiempo dedicado a su aprendizaje. Sin
embargo, esta modalidad, ha demostrado ser mucho más demandante en tiempo,
concentración, requerimientos cognitivos y meta cognitivos pues se tiene la
gran ventaja de tener a la mano recursos como el internet que si bien pueden
beneficiar la búsqueda de información y dar respuestas más amplias a los
diferentes problemas a los que se puede enfrentar, también es cierto que el
alumno deberá tener mayor capacidad de análisis y síntesis de la misma para
determinar que información es relevante para la resolución de problemas, sin
depender de la ayuda o disponibilidad de un profesor.
En un estudio
realizado en 2002, a través de un meta análisis, se encontró que de 232
estudios realizados con estudiantes en la modalidad presencia y en línea los estudiantes en línea, tienen menor
retención de la información, pero mayor capacidad de análisis que los
estudiantes que toman clases similares en un salón de clase. Al parecer la comparaciones
hechas hasta ahora en diferentes partes del mundo, solo prueban que ambas opciones
tienen distintas características del análisis de la información y la ejecución
de tareas, pero no es posible determinar si una es mejor que la otra, pues
dependen de las habilidades tanto de los alumnos como de los profesores para
asegurar el éxito, y la historia de la educación tradicional muestra que
siempre existirá una curva normal de ejecución en cualquier programa educativo.
Los recursos
necesarios para una u otra modalidad por supuesto, son distintos. Ya no es solo
el diseño de un libro de texto, sino la oportunidad de variar los recursos en
cualquier forma de enseñanza. Sin embargo en el caso de la educación en línea,
es importante que los alumnos cuenten con una buena conexión a internet y que
sepan maximizar las ventajas que la tecnología ofrece.
En este sentido,
autores como Crampton y Ragusa, señalan que si bien los alumnos actualmente
cuentan con más recursos disponibles para su proceso de aprendizaje, también
ocupan más tiempo buscando opciones para la elaboración de trabajos, lo cual
puede ser una mala opción cuando de trata de optimizar tiempo y recursos.
La otra
desventaja es que los recursos se encuentran a la misma distancia que las redes
sociales, por lo que las distracciones para los estudiantes se multiplican.
En este sentido
las actividades con recursos múltiples, no necesariamente son una ventaja para
los estudiantes que no han desarrollado habilidades multitareas o un buen
análisis de información. Pero las distracciones pueden darse en cualquier
modalidad. Finalmente la capacidad de autorregulación no se desarrolla
exclusivamente en las escuelas.
Una opción que
se puede llamar hibrida, es la de
incluir las ventajas tecnológicas en el aula, pero hay una queja del
profesorado cuando se abre esta posibilidad, pues los alumnos usan los juguetes
tecnológicos para otros fines. Por ejemplo, se han conocido historias de
alumnos que compran lencería durante la clase, en lugar de atender a los
vínculos propuestos por los profesores para trabajar cierto tema.
Un punto a
considerar son las ventajas que la educación en línea supone ante el recorrido
de distancias en contra parte con la educación en el aula que requiere la
presencia del alumno y el profesor en un sitio, lo cual provoca contaminación
ambiental, la carga económica que ello conlleva y por supuesto la limitación
para aquellos estudiantes que no cuentan con los recursos necesarios.
Sin embargo, la
contaminación se presenta también con el uso de los aparatos y con la producción de los mismos. Es por ello
que la educación en línea no necesariamente puede ser considerada una opción
ecológica.
Finalmente, la
educación como institución también tiene que ver con el Estado, y en este
sentido, uno de los mayores problemas que enfrenta la educación en línea es la
acreditación de programas, lo cual en algunos países la hace ver como una
educación de segunda clase. Ante la demanda tan grande de programas, se
encuentran algunos que no están debidamente acreditados o que no permiten
evaluación externa, por lo que se pone en duda su calidad.
Cuando me hacen
la pregunta de qué modalidad es mejor, usualmente respondo que ambas abren
oportunidades, pero que será el alumno quien decida aprovecharlas.
Referencias
Bernard, R., Lou, Y., Borokhovski, E., Wade,
A., Wosney, L., Wallet, PA., Fiset, M. and Huang, B. (2004) How does distance
education compare with classroom instruction? A meta-analysis of empirical
literature. Review of Education Research.
74 (3) 379-439.
Crampton, A., Ragusa, AT., and Cavanagh, H. (2012) Cross-discipline investigation of
the relationship between academic performance and online resource access by
distance education students. Research in Learning Technology. 20. 14430 - DOI: 10.3402/rlt.v20i0/14430.
Lewin, T. (2011) The evolution of higher
education. The New York Times: Education Life. Available at: http://www.nytimes.com/2011/11/06/education/edlife/the-evolution-of-higher-education.html?_r=1
Volery, T., and Lord, D. (2000) Critical success
factors in online education. International Journal of Educational Management.
Vol. 14 (5) 216 – 223.
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