El término postergación de tareas (Procrastination es el término en inglés)
no se aplica al mal hábito de dejar las tareas menos importantes deliberadamente para
después, sino cuando un persona falla en hacer aquellas cosas de gran
importancia o de urgencia. Por lo que parte del problema a nivel académico es
que el alumno no ha aprendido a priorizar las tareas.
Aunque cabe mencionar que en algunas
sociedades es una conducta común, por lo que no es visto como un problema, sino
como un simple hábito peligroso.
Pero la postergación de las tareas es un tema que
a acompañado a la humanidad, no es nuevo y no es sólo aplicable a los
estudiantes de cualquier nivel educativo. Todas aquellas tareas que requieran de tiempos específicos podrán
ser dejadas para después, por ejemplo en la agricultura, si no se siembra y
cosecha en tiempo específicos, las cosechas se pierden y grupos enteros pueden
morir de hambre. Es por ello que se han encontrado maneras de hacer más
eficientes las tareas, y de ahí la industrialización agrónoma por ejemplo.
De
igual modo, los estudiantes se han beneficiado de la tecnología para dejar para
mañana lo que tenían que entregar hoy, pues saben que con solo cortar y pegar el maestro verá un escrito y eso es suficiente para aprobar.
Es entonces un hábito que persigue al ser
humano, y que diversas investigaciones apuntan a que también a ciertos tipos de
personalidad. Es por ello que existen modelos económicos que predicen quien
será más proclive a hacer a un lado las obligaciones. Al mismo tiempo se
encuentra que esas personas tienen más altos niveles de colesterol debido al
nivel de stress, pues contrario a la creencia popular, no es algo que se pueda
evitar.
Los modelos neurocientíficos han apuntado como
culpable a la falta dopamina, pero los
modelos solo se han aplicado a chimpancés, por lo que no se le puede culpar
abiertamente.
En este contexto los psicólogos explican que
es una combinación de varios factores que se aplican en el área de la meta
cognición que son: las expectativas que las personas tienen sobre su actuación,
valor de la tarea, nivel del retraso dependiendo del castigo y sensibilidad
personal al retraso.
También se han encontrado al menos dos tipos
diferentes de personas que dejan para después: aquellos que son activos que
brindan una mejor ejecución académica dejando todo para el último segundo y
aquellos que pasivamente dejan que el tiempo transcurra.
En el caso de los estudiantes universitarios,
particularmente, se han de trabajar estrategias metacognitivas. Para ello se pide a los estudiantes que ante
cada tarea determinen qué es lo que la tarea requiere para realizarla, tanto desde a un nivel
cognitivo como material, evaluar el tiempo de realización y determinar su
importancia. Si la tarea requiere de más personas involucradas, como en los
equipos de trabajo, entonces cada uno debe brindar compromisos de realización.
En un grupo clase, se propone que las reglas de trabajo, incluyendo las
penalizaciones por retrasos, se tengan por escrito y se discutan entre todos al
comienzo de los ciclos escolares.
Se instruye a los alumnos que mentalmente
resuelvan las tareas antes de sentarse a ejecutarla formalmente, esto les permite
hacen un mapa mental de las acciones y la ejecución es más rápida y efectiva
que aquellos que no planean acciones.
Cumplir con las penalizaciones es un punto
importante, socialmente esto es algo puede abrir o cerrar la puerta a los retrasos, los bancos son el
mejor ejemplo de penalización, sin embargo, estudios económicos mencionan que a
nivel global, aun cuando procrastinar implique pérdidas económicas, algunas
personas incumplen con sus pagos.
Por supuesto habrá que considerar a los que
activamente dejan las tareas para el final, como un reflejo de su actividad
creadora. Entre más presión implique la tarea, logran lo mejor de si mismos,
especialmente si el valor de la tarea es alto para ellos.
Es por eso que el reto creativo y el valor de
la tarea crean un sistema de recompensa, por ello se sugiere trabajar la
motivación intrínseca, más que la extrínseca y se recomienda que los resultados
de la ejecución sean brindados en lo inmediato. Pues entre más tiempo pase
entre la culminación de la tarea y el resultado, visto como recompensa, restará
valor a la tarea. No es lo mismo hacer algo que implica una recompensa
inmediata, que una que va a requerir un mes o dos para saber el resultado. Por
ello se sugiere a los profesores recompensar y evitar la ansiedad de los
estudiantes.
Es entonces que si se le comprende no como un mal hábito, sino como un
aprendizaje modelado a lo largo de la educación, y que puede involucrar
personalidad y creatividad por lo que puede ser aprovechado es diferente a
pensar que los estudiantes son flojos. A veces es necesario creas tareas
motivadoras y ambientes ricos que cambien la percepción del estudiante y lo
hagan socialmente responsable.
Alma Dzib Goodin
Referencias:
Kong, B. (2011) Academic Procrastination and Tolerance of
Ambiguity Among Undergraduate and Graduate Students. Available at: http://proquest.umi.com/pqdlink?Ver=1&Exp=02-21-2017&FMT=7&DID=2416176561&RQT=309&attempt=1&cfc=1
Gueorguieva, J.M (2011) Procrastination A Measurement
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Gura. T. (2009)
I’ll do it tomorrow. Scientific American
Mind. 19 (6) 27-32
Solomon, LJ.,
Rothblum, ED. (1984) Academic procrastination: Frequency and
cognitive-behavioral correlates. Journal
of Counseling Psychology, Vol 31(4), 503-509.
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