miércoles, 30 de enero de 2013

Dos idiomas un cerebro: bilingüismo


Existen  entre  6900 y 7500 idiomas en el mundo, según el Ethnologue, que es una base de datos y publicación de  renombre en el ámbito de los idiomas. Se calcula  entonces que hay un idioma por cada 862 000 personas en el planeta.


Los idiomas más hablados en el mundo son el mandarín, el español y el inglés en ese orden, todos ellos son idiomas oficiales en las Naciones Unidas.  Todos ellos comunican a millones de personas todos los días (Loyer, 2010).

Bajo esta inmensa cantidad de formas de comunicación, se puede ser bilingüe, por cultura familiar, por decisión propia, o por necesidad,  pero cualquiera que sea la razón por la cual las personas hablan y comprenden más de un idioma, ésta tiene impacto en su percepción del mundo. Por supuesto, el cómo se aprenda y la motivación para usar esta herramienta social, determina su desarrollo y el nivel de comprensión lingüística.

Diversos estudios muestran que entre más joven se comience a usar una segunda lengua, será mejor la ejecución, la imitación prosódica es más efectiva y  las palabras tendrán más sentido (Perani, Dehaene,  Grassi, Cohen, Cappa, Dupoux, Fazio, and Mehler 1996). Sin embargo, esto depende de la necesidad que se tenga de emplearlo como medio de comunicación, de que tanto lo escuche y vaya creando vínculos conceptuales con el mundo.

Partiendo de la flexibilidad cerebral, es posible aprender un segundo idioma sin importar la edad,  así lo demuestran los inmigrantes en diversos países, que bajo diversas necesidades han de aprender una segunda lengua,  aunque sean notorias las características del idioma nativo, en este intento por hablar y compartirán la necesidad de comunicación  (Dzib Goodin, 2012).

 ¿Tiene ventajas ser bilingüe?

Diversos estudios muestran las ventajas del aprendizaje de una segunda lengua en el caso de los niños pequeños, por ejemplo, se incrementan las habilidades meta cognitivas, pues se ha de pensar claramente lo que se dese decir, desarrollan las habilidades de pensamiento divergente, y pueden ser más hábiles en juegos de palabra y la percepción espacial. Además, cuando se compara niños o personas mayores que hablan fluidamente dos o más idiomas, se encuentra que son más capaces de asociar conceptos y de recordar palabras (Marian, Faroqi-Shah , Kaushanskaya,  Blumenfeld & Sheng, 2009).

Además, algunos estudios mencionan que la declinación cognitiva que sucede de manera natural con el paso de los años, es más lento en los bilingües, pues al parecer el uso continuo de ambos idiomas como necesidad comunicativa, hace más pausados los síntomas de la demencia senil (Bialystok,  Craik  and Luk, 2012)

Un estudio reciente, muestra que los bilingües tienden más al uso de ambos hemisferios cerebrales, debido a que los idiomas tienen distintas intensidades de pronunciación y porque a veces antes de decir la palabra, la miran para poder pronunciarla lo más correctamente posible (Kovelman,  Mascho,  Millot, Mastic, Moiseff  and Shalinsky, 2012).

Cuando se analizan las diferencias con imágenes cerebrales entre personas monolingües y bilingües  que aprendieron el segundo idioma a partir de la adolescencia, se haya clara evidencia de que las regiones cerebrales son distintas entre los idiomas, pero dichas diferencias son poco claras cuando el segundo idioma se aprendió al mismo tiempo que el idioma nativo (Jamal, Piche, Napoliello,  Perfetti  and Eden,  2012).

Además, en este grupo de personas se encuentran otras ventajas, por ejemplo, la prosodia es casi perfecta y no incurren en el procesamiento del lenguaje que hacen las personas que aprenden el segundo idioma a edad más avanzada, que es pensar en el idioma nativo, traducir al segundo idioma y pronunciar.

Otras ventajas a nivel cerebral es que se hayan estructuras conceptuales más sólidas y procesamiento cerebral conjunto que permite mayor equilibrio cerebral (Perani,  Dehaene,  Grassi, Cohen, Cappa, Dupoux,  Fazio and Mehler 1996).

Si a  ello se agrega que al parecer hay una menor tendencia a enfermedades neurodegenerativas, pues no hay duda de que es una buena opción, que agrega mucho al bagaje cultural y amplia las redes amistosas (Fox, 2011).

Controversia educativa

 Sin embargo, los estudios cerebrales usualmente se llevan a cabo con personas que cumplen con una característica: son bilingües o multilingües, pues es prioridad de los protocolos de investigación. Pero, ¿qué pasa durante el desarrollo del segundo idioma, cuando éste es dado por necesidades educativas?.

Una queja usual de los padres de familia, es que el aprendizaje de una segunda lengua interviene en el desarrollo de la lengua nativa, cuando está aún no se ha consolidado. El problema es mayor si el niño no tiene la oportunidad de practicar la segunda lengua constantemente, por lo que es visto solo como “otro” aprendizaje.

Si se analiza el proceso del lenguaje, los errores tienen sentido. Aun en el idioma nativo, los niños cometen errores de conceptualización, de pronunciación, de estructura de frases. Entre más uso se le de a una palabra, aumenta la probabilidad de que está se adhiera al vocabulario personal.

Pero vale la pena analizar el proceso del lenguaje: el lenguaje está construido básicamente por sonidos, cada letra tiene un sonido asociado, y luego se han de reconocer las combinaciones. Dichas combinaciones crean palabras y las palabras formas frases. Los niños aprenden ese orden, de manera natural, pues están inmersos en un ambiente donde escuchan y reconocer sonidos lingüísticos todo el tiempo  (Dzib Goodin, 2011).

A eso hay que agregar la estructura gramatical para formar frases, y por supuesto, el vocabulario. Entre más palabras se tengan a la mano, mas posibilidad de riqueza en la elaboración de ideas.  

Pero con la segunda lengua, entre más distancia haya entre la lengua nativa y la segunda lengua, más dificultad existe para el reconocimiento de los sonidos, más complejidad para recordar las palabras y la estructura gramatical varia, lo que hace más compleja la tarea.

Lo cierto es que  el cerebro aplica la misma regla para todos los aprendizajes: entre más se use, más redes neuronales crea. Así que la recomendación es que el aprendizaje de la segunda lengua, se brinde en un contexto donde sea creada una necesidad, donde se escuche continuamente, se vean las diferencias de estructura, se juegue con los errores y se aprenda de ellos.

Entre más se vean las estructuras gramaticales es más fácil reconocerlas. Es por ello que existen profesores que usan tweeter como estrategia de enseñanza, los chicos conocen amigos de otros lugares y se crea una verdadera necesidad de comunicación.

Leer los subtítulos es otra herramienta que ayuda, escuchar canciones, ver películas… y los niños abren puertas insospechadas.

Aprender o no aprender

El aprendizaje de una segunda lengua  permite conocer y estar en contacto con otras culturas que enriquecen las redes neuronales, sin duda alguna. Como ejemplo de esto, es impresionante la diferencia de producción científica entre los países latinoamericanos, comparado con la producción científica que se tiene en otros idiomas. Lo que permite mayor conocimiento sobre los temas y mayor avance de la ciencia.

Entre más idiomas se desarrollen, mayor contacto se tiene con otros. Tiene muchas ventajas y personalmente no le veo ninguna desventaja. El idioma nativo se ve beneficiado,  se aprenden costumbres, se es más proclive a viajar a otros países, lo que amplia la riqueza conceptual del mundo.

Mi único consejo, es nunca se avergüencen de su acento nativo, eso le imprime una firma personal al lenguaje. Tampoco de avergüencen de sus orígenes, por que los bilingües, siempre se estará en cierta desventaja con respecto al habla y escritura de quienes usan su lengua nativa, pero uno siempre puede imprimir un color especial.

Usualmente la pregunta es: ¿cuál es la mejor edad para aprender una segunda lengua?. No hay edad, hay voluntad de hacerlo. El cerebro es plástico, le gusta aprender, le gusta intentar cosas nuevas, es innovador. Si la segunda lengua se aprende como necesidad del medio, tendrá mayor progreso, pues se ha de practicar más constantemente y se aprende más de los errores.

Nunca se deja de aprender, cuando  el mundo está abierto a enseñar.

Referencias:

Bialystok, E., Craik, FIM., and Luk, G. (2012) Bilingualism:consequences for mind and brain. Trends in Cognitive Sciences. 16 (4) 240-250.

Birner, B. (1998) Bilingualism. Linguistic Society of America. Available at: http://www.lsadc.org/info/pdf_files/Bilingual.pdf

Crystal. D. (1972) Language development in children. Journal of the Society of Teachers of the Deaf 11, 1972, 4-11.

Dreifus, C. (2011) The bilingual Advantage: Available at: http://www.nytimes.com/2011/05/31/science/31conversation.html

Dzib Goodin, A. (2011) Reading and writing: more than just unite letters. Available at: http://talkingaboutneurocognitionandlearning.blogspot.com/2011/11/reading-and-writing-more-than-just.html
Dzib Goodin, A. (2012) Chicago:  el lugar de los acentos. Available at: http://neurocognicionyaprendizaje.blogspot.com/2012/03/chicago-el-lugar-de-los-acentos.html
Fox. K. (2011) Ellen Bialystok: bilingual brains are more healthy. The Guardian/The Observer. Available on line: http://www.guardian.co.uk/technology/2011/jun/12/ellen-bialystok-bilingual-brains-more-healthy.
Jamal, NI., Piche, A., Napoliello, EM., Perfetti, CA., and Eden GF. (2012) Neural basis of single-word reading in Spanish-English bilinguals. Human Brain Mapping. 33 (1) 235-245.

Kovelman, I., Mascho, K., Millot, L., Mastic, A., Moiseff, B., and Shalinsky,MH. (2012) At the rhythm of language: brain bases of language- related frequency perception in children. NeuroImage, 60 (1) 673-682

Loyer, R. (2010) Exactly how many languages are there in the world?. Available at: http://www.translationblog.co.uk/exactly-how-many-languages-are-there-in-the-world/

Marian, V. , Faroqi-Shah, Y. , Kaushanskaya, M. , Blumenfeld, H. K. & Sheng, L. (2009) Bilingualism : Consequences for Language, Cognition, Development, and the Brain. The ASHA Leader. Available at: http://www.asha.org/Publications/leader/2009/091013/f091013a/
Perani, D., S. Dehaene, F. Grassi, L. Cohen, S. Cappa, E. Dupoux, F. Fazio, and J. Mehler. (1996). Brain processing of native and foreign languages. Neuroreport . 7. 2439–2444.

3 comentarios:

  1. ___Excelente blog estimada Alma.
    ___Mis mejores deseos para tan noble tarea educativa.
    ___Mi abrazo cálido para tí.
    Atentamente, desde Argentina
    Antonio

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  2. Estimado Antonio!

    Muchas gracias! como siempre es grato que que te han gustado las ideas!:) este blog lo nutrimos entre todos los que formamos parte de CATEL, cada uno desde nuestras trincheras, somos un equipo multi inter y extra disciplinario. Aqui encuentras temas de educación que nosotros escribimos a parte de todo lo que compartimos en la página.

    Gracias por visitarnos!!

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  3. Es verdad que a nuestro cerebro le gusta aprender y motivado mas!!! Y este artículo me ha motivado en gran medida. El aprender otro Idioma por necesidad tiene su grado de dificultad, pero no imposible.
    Aunque algunas veces nuestro acento nativo, provoque que más de una persona diga, " I do not understand" y te avergüence, es preferible , que la voluntad de hacerlo sea mayor que la vergüenza!!!

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