viernes, 24 de mayo de 2013

Mirando a través de la simetría del mundo

En esta ocasión el Centro de Asesoría, Tutoría en Investigación en Línea CATEL, entrevista a John Castevich, amante de los números, especialista en geometría, estudiante en el MIT, asesor en el área de matemáticas y estadística de nuestro Centro y sobre todo apasionado con decirle al mundo que las matemáticas son divertidas y están al alcance de todos.

CATEL: ¡Hola John!, hacía mucho que teníamos pendiente esta entrevista, platícanos un poco de ti y tu pasión por los números, por favor.


John Castevich: Soy el chico al que todos buscan cuando tienen problemas con las materias de ciencia. Soy el chico que se sentaba al final del salón porque no me gustaba hablar, me aburría en las clases de literatura pero me divertía mucho con las de ciencias e historia. 


Mi gusto por los número comenzó aún antes de hablar, mis padres me llevaron a un psicólogo porque no decía “palabras”, pero contaba cosas. En lugar de decir mamá toda mi familia tenía asignada un número, mi mamá era 1, papá 2, mi hermana mayor era 3 y mi abuela era 4, si alguien nuevo se asomaba le asignaba un número.


El problema llegó cuando estuve en edad de ir al centro de cuidado diario, pues las maestras se volvían locas, aunque yo me divertía dando números a todos mis amigos. Contaba todo lo que podía y a los 3 años podía contar hasta mil en una acción casi obsesiva, así que terminé con el loquero y luego en terapia de lenguaje, hasta que mi padre me llevó a una Universidad y un especialista en neurocognición le explicó a mis padres que yo hablaba, solo que mi lenguaje no era el que todos usaban y comenzaron a hacerme aprender palabras.


CATEL: ¿Cómo superas eso?, ¿Cómo te integras a la escuela?


John Castevich: Mis padres se dedicaron a enseñarme en casa, tenía clases en casa, algo que en los Estados Unidos le llaman Home Schooling que me evitó volver locos a los demás. Mi madre me daba clases de las áreas humanistas y mi padre de ciencia. Mi madre es pianista y mi padre es físico matemático, así que tenía a los mejores maestros. Aunque llegó un momento en que tuve que ir a la escuela, que fue en octavo grado, pues todos estaban preocupados que me volviera antisocial.


Estando en la escuela tomé las cosas con calma, descubrí muy pronto la violencia entre los compañeros, pero decidí usar mi talento para lograr beneficios, por lo que me convertí en el chico que hacía las tareas de las materias difíciles y ellos me dejaban en paz.


Descubrí que eso era además un imán para las chicas, y aprendí a conseguir lo que quería, sin el menor esfuerzo.


CATEL: ¿Cómo te reciben los maestros?


John Castevich: Me veían como el bicho raro, yo era el nerd del salón y no les gustaba cuando les corregía, así que lo evitaba a menos que fuera demasiado obvio su error. No quería a los maestros sobre mí.


Así que no hacia ruido, si me aburría en la clase dibujaba y usualmente ellos no me molestaban haciéndome preguntas, a veces pienso que me huían, no querían que los confrontara.


 En una ocasión de modo muy amable corregí a un maestro que sudaba sangre para explicar como despejar una ecuación de primer grado y él me pidió que diera la clase y ¡descubrí que me gustaba explicar cosas!.


CATEL: ¿Cómo se relacionan los números con la vida cotidiana?



John Castevich: La vida diaria es una probabilidad matemática de sucesos; La naturaleza está plagada de fenómenos geométricos; hasta la búsqueda de la pareja o de la belleza está llena de geometría. Hay estudios que muestran que los hombres prefieren a las mujeres con más simetría y figura curveada, con rostros suaves y redondeados, ¡eso es geometría!.  Todos los días lidiamos con números, piensa en hacer una compra, o en caminar, o en ver la televisión, los canales están asignados con números.


CATEL:  Cuando uno escucha tu pasión, surge la pregunta ¿porqué las matemáticas son tan difíciles para la mayoría de las personas?, ¿Porqué la escuela no ha encontrado un sistema que permita enganchar a los alumnos en esta área?


John Castevich: Mi idea personal es porque los maestros y los libros nos venden la idea de que son difíciles y para mentes privilegiadas igual que se dice que los afroamericanos no van a la Universidad o que las mujeres no pueden acceder a las áreas de ciencia básica… creo que todas esas falacias las escuchas tanto que terminas creyéndolo. Pero actualmente hay muchos programas que acercan a los niños a los números de manera más amigable y usamos recursos como la música o fotografías para explicar geometría o usamos ejemplos cotidianos para explicar probabilidad. Yo deseo que en la próxima década haya más gente acercándose a las área de ciencia, especialmente entre las minorías étnicas.
Los números además son arte, y como ejemplo tenemos los fractales que son imagenes hechas con números


CATEL:  ¿Qué son los números?


John Castevich: ¡Qué hermosa pregunta!, ¿sabes?,  recuerdo un artículo que escribió Alma Dzib Goodin y que tituló números y numeritos y que pone al lector contra la pared haciendo esa pregunta.


Déjame decírtelo de manera simple: los números son para el mundo lo que las letras son para el lenguaje. Permiten tener un lenguaje de la medición con lo que podemos comparar de manera sistemática los eventos del mundo visible e invisible,  y conforman un sistema similar al lenguaje con el que todos podemos comprendernos.


No importa si tú sabes 1 idioma o 15, entiendes si te digo que 1 > 0.1


CATEL:  1 es mayor que 0.1 ¿verdad?


John Castevich: ¡Asi es, bien hecho!, ¿ves lo increíble que pueden ser los números?. Imagina que vas a una fiesta y te gusta mucho un chico, ¿qué haces?


CATEL: ¿le pido su número?


John Castevich: ¡Exacto!, ¡sabes cuando alguien te gusta mucho cuando le pides su número!. Si te gusta solo un poco, le pides su email o lo buscas en Facebook, pero si quieres ir más allá, le pides su número, ¿porqué?, pues porque esa persona tiene mayor probabilidad de llenar las configuraciones que esperas de una pareja. Seguro tiene una cara simétrica, una voz tonal, un andar sistemático y te dice lo que quieres oír. Eso se llama ¡ley de atracción!.


CATEL: ¿Cómo descubres que puedes ser tutor en el área de ciencias?


John Castevich: Me di cuenta que me gustaba explicar cosas y que a los compañeros les parecían divertidas mis explicaciones. A veces me paraba sobre la mesa y pretendía volar para explicar termodinámica, o pintaba en las ventanas y explicaba relaciones causales, pero mis mejores explicaciones siempre vienen de la música.


Luego un día, alguien me invitó a ser parte del CATEL y dije: Mmmm, ¿yo?, ¿en serio? y ella me contestó: ¡ya es hora de que uses tu talento!, y aquí estoy.


CATEL: ¿Has encontrado a alguien que no sea capaz de aprender?


John Castevich: ¡No!, no existe una sola persona en el mundo que no sea capaz de aprender, solo tienes que buscar la estrategia correcta. Actualmente le enseño a mi sobrino de 2 años  que tiene cáncer cerebral a contar y ya aprendió a hacer música con los números. Mi perro ya aprendió a hablarme a partir de los ladridos que hace, tenemos un buen sistema de comunicación.


Los números están injertados en nuestra células, no hay por que temerles.


CATEL: Si diseñaras una escuela ¿qué le pondrías?


John Castevich: Colores, números, letras y música, espacios abiertos, ventilados y sobre todo, tendría a un montón de científicos dando clase de aquello que aman, porque se contagia la pasión por algo cuando lo sudas. Además jugaríamos mucho. Si, creo que quiero ver niños felices para que como dice la Directora de CATEL, podamos tener adultos exitosos.


CATEL: ¡Muchas gracias John!


John Castevich: ¡Gracias a ustedes por preguntar!

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