miércoles, 22 de mayo de 2013

Trabajar en grupo y sus ventajas cognitivas


Grandes cosas suceden cuando se juntan las personas, por ejemplo, hacen música increíble que solo puede resonar en una sala de concierto cuando varias voces y músicos se unen, la multitud se puede emocionar cuando su equipo favorito gana un campeonato o bien cuando un director, un escritor y un actor ponen en el mismo canal sus ideas.

La socialización es un proceso que comienza en el momento en que el bebé mira a otro o le presta atención. Ha sido un proceso evolutivamente desarrollado con el fin de que los seres humanos se cuiden y procuren entre si, y alcancen el aprendizaje como especie.
Tal vez sea por ello  el trabajo en grupo, es una estrategia empleada en el ámbito escolar. Las estrategias han recibido diferentes nombres dependiendo del cómo se lleven a cabo: andamiaje, trabajo colaborativo, trabajo en grupo, aprendizaje socializado, aprendizaje social, cada concepto recibe atención distinta desde perspectivas teóricas particulares, pero la pregunta que me surge es: si lo que se aprende en el salón de clase es un proceso personalizado, es decir, no importa cuanto sepa el líder del grupo de trabajo, sino lo que cada uno pueda hacer ¿por qué se insiste en el trabajo colaborativo?.
Una de las principales razones es que se comparte el aprendizaje y la comprensión, lo que uno no entendió, otro compañero lo puede explicar, por lo que se le llama aprendizaje por pares. Diversas investigaciones muestran que a veces los niños comprenden más los conceptos cuando los niños comparten un lenguaje común.
Cuando varias mentes trabajan juntas, se logra una mente colectiva, buscando un mismo objetivo, se desarrollan formas de comunicación sin palabras. Amigos que han trabajado juntos por  muchos años, saben lo que hace falta, saben dar la mano cuando uno de los colaboradores no pueden cumplir las metas y por supuesto, se vuelven cómplices en la elaboración de trabajos y se conocen entre si más allá del ámbito escolar.
Sin embargo, mientras que para muchos es divertido poder compartir el trabajo, para otros se vuelve un dolor de cabeza. En los equipos siempre va a existir la distribución del trabajo y esta solo puede ser de dos maneras inequitativa o equitativa.
Cuando el trabajo es equitativo, y todos buscan la misma meta, solo en la ejecución de tareas, sino en el aprendizaje, el trabajo obtiene una distribución cognitiva, es decir, todos aprenden algo que antes no sabían y lo ejecutan con la misma calidad. El mejor ejemplo son los grupos de baile sincronizado. Un buen grupo no tendrá a alguien que lo haga mejor. Todos los miembros ejecutan con la misma maestría cada uno de los pasos.
Un trabajo inequitativo puede ser una carga emocional y cognitiva, pues quien tenga mejores habilidades puedes ver frenado su impulso. Puedo recordar equipos donde un líder distribuía el trabajo y un día antes de entregar el trabajo, terminaba escribiendo todo y anotando los nombres de personas que no conocía, pero evitaba un problema y obtenía mi calificación, que al final, a veces es lo más importante.
Pero este es un punto donde deseo detenerme. El trabajo en grupo brinda, la mayoría de las veces una calificación individual, con un aprendizaje que solo puede ser personal. Nadie más puede aprender lo que yo debo aprender, es como enviar a alguien más dar sangre para que el doctor sepa si tengo alguna enfermedad.
Es ahí donde las estrategias colaborativas pierden mucho de su magia. Mientras que se trabaja en grupo, se colabora con pares, y se busca que todos aprendan de la lluvia de ideas y estilos de resolución de problemas de los compañeros, la evaluación, vista como examen o asignación de calificación, es individual. Es por ello que para muchos es posible tomar el trabajo de otros como medio de obtener beneficios.
Bajo este orincipio surge los entornos personales de aprendizaje basados en la informaciòn disponible en internet bajo la idea de que no importa tener el conocimiento, pues finalmente la memoria es finita y los procesos cognitivos dependen de la economía cognitiva, sino en dón se encuentra la información y quien puede tenerla, por lo que las redes sociales se vuelven laboratorios de aprendizaje.
Lo que cada uno aprende, se convierte en el bagaje personal. Lo que otro sabe no es importante, a menos que se comparta. Es ahí donde la educación debe tener una línea clara entre el trabajo colaborativo y el aprendizaje.  Se aprende de los otros, pero el proceso final de aprendizaje es personal. La misma respuesta se puede lograr desde diversas formas de abordaje del problema.
Lo que es cierto, es que lo que no ve uno, otro lo hará; lo que uno no sabe, habrá quien lo desarrolle al máximo, por eso es tan importante el trabajo conjunto y ha de buscarse una forma de evaluar el trabajo en equipo, no solo el producto, sino el proceso.

Referencias:
Akkerman, S., Van den Bossche, P., Admiraal, W., Gijselaers, W., Segers, M., Simons, RJ., and  Kirschner, P. (2007) Reconsidering group cognition: From conceptual confusion to a boundary area between cognitive and socio cultural perspectives?. Educational Research Review. 2. 39-63.
Boylan, M., and Smith, P.  (2012) Tutor roles in collaborative group work. Student Engagement and Experience Journal.  Available on line: 10.7190/seej.v1i1.34.
Castañeda, L. y Adell, J. (2013) Entornos personales de aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red. Marfil.
Grau, V., and Whitebread, D. (2012) Self and social regulation of learning during collaborative activities in the classroom: The interplay of individual and group cognition. Learning and instruction. Available online: http://dx.doi.org/10.1016/j.learninstruc.2012.03.003
Laai, M., and Laal, M. (2012) Collaborating learning: what is it?. Procedia-Social and behavioral science.  World Conference on Learning, Teaching and Administration. 31 .491-495
Mortimer JT. (2012) The evolution contribution, and prospects of the youth development study: An investigation in life course social psychology. Social Psychology Quaterly. 75 (1) 5-27.
Spillane, JP., Halverson, R., and Diamond, JB. (2001) Investigating schools leadership practice: A distributed perspective. Educational Researcher. 30 (3) 23-28.

No hay comentarios:

Publicar un comentario