sábado, 8 de junio de 2013

¿Cuál es el costo de la ciencia?

Alma Dzib Goodin & Kathleen Slovec

En los países en vía de desarrollo se pone a la ciencia y la tecnología como una meta a alcanzar para lograr el progreso y una transformación efectiva de las personas, mientras que en los países desarrollados la ciencia y la tecnología es un factor de impacto en sus economías.

Si, sin duda la ciencia salva vidas, pero digámoslo claramente, no salva la economía ni la vida de los científicos a quienes nunca se les da reconocimiento como a los equipos  deportivos o  se les paga dignamente por su labor.

¿Cuál es la labor de un científico?, hacer preguntas para resolver un problema específico o crear investigación básica que permita resolver otros problemas y una vez que ha hecho esto, su labor es publicar sus hallazgos.

Para publicar debe leer a otros científicos, ya que las ideas no surgen de la nada, se han de confrontar modelos y teorías que permitan saber si se esta en lo correcto, de no ser así, se debe regresar al laboratorio o al campo de trabajo para continuar trabajando, a cambio de un sueldo que las Universidades, Institutos o Centros le ofrecen.

Estos lugares deben proveerle al científico de todo lo que necesita, y por ello pagan primas anuales para contar con acceso a revistas y bases de datos que le permitan realizar su labor. Las bibliotecas saben bien el costo de cada una de las revistas y cada año deben decidir si vale la pena o no continuar las subscripciones.

Si acaso la biblioteca no está suscrita a una revista específica, el científico o grupo de científicos deberá pagar entre 36 y 300 dólares por tener acceso a un solo artículo. Si un artículo promedio requiere entre 50 y 100 referencias, entre artículos y libros, estamos hablando de una buena cantidad de dinero invertida en un solo artículo listo para publicación. A partir de aquí la ciencia tiene un costo y muy alto.

El científico feliz con su descubrimiento, tiene tres opciones: si vive en Iberoamérica puede enviar su artículo a las revistas que no cobran por publicar y muchas veces son de acceso gratuito. Estas funcionan dentro de las Universidades o Institutos de Investigación, solo que la gratuidad tiene un costo: tiempo.

Enviar un artículo a una revista en Iberoamérica requiere de por lo menos 6 meses para recibir una respuesta que solo dice: “hemos recibido su artículo o no nos interesa su artículo, puede disponer de él”. A veces esos 6 meses son solo para disculparse porque “no habíamos tenido oportunidad de revisar su envío pero estaremos en contacto con usted”. En  otras ocasiones ese tiempo se convierte en un año de espera, luego de la cual puede llegar un mensaje que diga: Su articulo es aceptado sin modificación y se publicará en cuanto sea posible (eso puede ser hasta 3 años después a partir del mensaje) o su artículo requiere modificaciones, en caso tal habrá que realizar o bien, el nunca deseado mensaje: su artículo no se apega a los criterios de publicación de nuestra revista.

En tal caso, si el investigador tenía una idea que era novedosa, después de un año, dos o tres ya perdió impacto, pues la ciencia avanza a pasos agigantados.

¿Porqué se tardan tanto las publicaciones científicas?, simple: los comités editoriales son investigadores a quienes no se les paga por leer artículos, sino que esta labor es parte de las funciones académicas ordinarias que se suman a dar clase, atender egresados y por su puesto publicar sus propios artículos.

Pero supongamos que se lanza a mirar más alto y envía su artículo, traducido al inglés a una revista de esas que cuestan más, digamos Science. Bueno, en primer lugar sus probabilidades de ser publicado es 1 en 10, ya que se sabe que el 90% de los artículos son rechazados, y es que todos quisiéramos ver publicado ahí nuestras ideas.

Otras revistas tienen una tasa de rechazo entre el 50 y el 70%, piense en una revista de alto impacto y tendrá una tasa alta de rechazo. El rechazo no siempre ocurre porque no sea un buen artículo o porque no revise meticulosamente cada detalle del estudio, sino porque no se ajusta a las políticas editoriales. Agregue al costo tiempo, la confusión mental ya que un rechazo, es una rechazo y pesa.

Si la revista acepta el escrito, nadie  le va a pagar al científico  las largas horas de trabajo, los años de investigación o las múltiples decepciones antes de su publicación, ¡no!, por supuesto el científico tendrá ahora que esperar cuantos de sus colegas lo refieren, así que más vale que tenga muchos amigos, aunque cabe mencionar que la revista va a vender su artículo entre 36 y 300 dólares…

Es así que surgen las revistas que se les conoce como Open Access, que ofrecen gratuitamente los artículos a los lectores ¿de verdad, son gratis? ¿para quién?

Las revistas Open Access operan con comités editoriales rigurosos, recuerden que las revistas cuidan su prestigio, y aparentemente no rechazan los artículos, es más, son muy amables para ayudarle a hacer modificaciones y tienen mucha experiencia en publicación, a pesar de que muchos de estos apoyos son académicos sin paga.

Se recibe el artículo, se revisa, se modifica y cuando un mensaje le indica que está listo para su publicación, parece que el cielo brilla y su vida científica se verá beneficiada, con un poco de suerte un día ganará un premio Nobel… pero… no tan rápido, primero tiene que publicar y el costo de publicación va de 500 dólares en una revista poco conocida hasta 2900 dólares si desea ver su nombre en PLOS Biology, eso sí, sus amigos no pagarán por leerle, pero el científico tendrá que costear el precio de la fama.

Siendo así la ciencia se convierte en un negocio fructífero y no se necesita ser rocket science para tener parte de la tajada.

Supongamos que los científicos no publican y que deciden presentar sus trabajos en Congresos y Simposios, no se preocupe, sólo debe pagar por las cuotas de inscripción a los eventos y por supuesto gastos de transportación, comidas y alojamiento, además de convencer a las autoridades universitarias de que su investigación es prioritaria.

¿Qué provoca todo esto?, además de un desamparo aprendido para los científicos, se encuentran ante la presión de publicar y dar a conocer su trabajo del modo rápido y fácil, empleando datos falsos, haciendo caso omiso de conductas éticas, dejando a la ciencia en un mal papel ante la sociedad. El caso más reciente es el Instituto Nacional de Salud en Los Estados Unidos, a quienes se les acusa de no haber informado a los padres sobre el riesgo de sus hijos durante una investigación.

Si se detiene el científico por un momento ¿cuántas veces ha visto publicados artículos donde los datos sean contrarios a las hipótesis?, es por ello que se le hace pensar a los estudiantes que en ciencia todo debe ser perfecto, cuando no lo es.

Sin duda el costo de la ciencia es grande y lo más lamentable es que el camino del periodismo científico es igualmente miserable. Solo 1 de 10 periodistas científicos recibe una paga, por lo que se dedican a publicar sin tomar mucho tiempo para revisar fuentes. Finalmente ¿a quién le importa la ciencia?.

Así que no espere ganar un Nobel por su trabajo, porque cabe mencionar que los premios los ganan quienes tienen más conocidos en el altas esferas científicas, así que además de investigar, leer y publicar, los científicos deben pasar tiempo socializando.


REFERENCIAS:

Tredennick, A. (2013) Why I published in PLoS ONE. And why I probably won’t again for awhile.

Nature (2013) Beware the impact factor. Nature Materials. 12 (89) doi:10.1038/nmat3566

Tort ABL, Targino ZH, Amaral OB (2012) Rising Publication Delays Inflate Journal Impact Factors. PLoS ONE 7(12): e53374. doi:10.1371/journal.pone.0053374

Plos (WD) Publication Fees. Disponible en: http://www.plos.org/publish/pricing-policy/publication-fees/

Chambers, C., & Munafo, M. (2013) Trust in science would be improved by study pre registration. The Guardian. Disponible en: http://www.guardian.co.uk/science/blog/2013/jun/05/trust-in-science-study-pre-registration?CMP=twt_gu

Knox, R. (2013) NIH chief rejects ethics critique of preemie study. Disponible en: http://www.npr.org/blogs/health/2013/06/06/189156915/nih-chief-rejects-ethics-critique-of-preemie-study

3 comentarios:

  1. Gracias por leernos, sin duda un tema complicado de resolver pues tien muchos frentes. Kat y yo prnsams mucho el tema, pues no queremos que se piense que la ciencia no vale la pena, pero esperamos que los lectores se vayan con la idea de que no hay fama ni fortuna en la ciencia:)

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  2. Muchas gracias por detenerse y leer estas ideas. Esperamos de verdad que no se lea pensando que no vale la pena ser científico, porque no es la idea, solo queremos poner sobre la mesa ideas que afectan de un modo u otro el avance científico, sobre todo en Iberoamérica.

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